SOBRE BARCELONA-2001 Y EL BM

por el Taller d'Estudis Llibertaris de Igualada (Anoia) acratesanoia@sindominio.net

Publicamos este artículo, escrito antes de la retirada del BM,

por su análisis y por fomentar el debate y la reflexión.

Como muchas otras personas, estamos mirando con atención hacia BCN y la esperada visita del FMI y el BM no queríamos dejar pasar la oportunidad de hacer llegar algunas ideas y opiniones al respecto.

Es previsible que esta cita en BCN se convierta en una estela más de los vistosos hechos de Washington, Seattle, Praga, Niza, Quebec... La lista será pronto tan larga que costará memorizarla.

Washington estuvo bien: el favor sorpresa jugó de nuestra parte. En Seattle, se dudaba sobre si se conseguiría repetirlo. Lo que ha ocurrido después ya ha sido totalmente previsible. Lo que fue nuevo en Washington y una evidencia en Seattle, se ha convertido, sin mas, en un nuevo modelo a seguir, y lo que es peor, a imitar sin más análisis ni más valoraciones. Ahora toca Barcelona. Y nos decimos: venga adelante, expresémonos contra el FMI y el BM y sus políticas asesinas, que tiemble BCN mientras duran sus reuniones.

Eso es respetable. Es una actitud comprensible, una reacción lógica.

Pero nos preocupan algunas cuestiones previas. Y antes que ninguna otra esta: ¿porque Barcelona?

Primero el desfile de las fuerzas armadas.

Segundo la dichosa reunión.

A estas alturas, todo el mundo entiende que el hecho de albergar una reunión-cumbre de este tipo supone un importante problema para las ciudades que las reciben. ¿Es verdad que fue Rodríguez Rato quien ofreció en nombre del gobierno del PP a BCN como sede para una próxima reunión? ¿Porque BCN? ¿Cómo es que no ofreció realizarlas en Madrid? Lo mismo podríamos decir del desfile... ¿Es casual que el gobierno español dirija hacia BCN estos acontecimientos tan previsiblemente problemáticos? Y si no es casual, cuales pueden ser los motivos que expliquen estas coincidencias. No lo sabemos, pero no pensamos que sea precisamente para apoyar la proyección turística internacional de esa bella ciudad mediterránea.

Tampoco puede asegurarse que esta predilección estatal por BCN no tenga nada que ver con la criminalización recurrente de los movimientos sociales. ¿Y si se tratara de una provocación? ¿Porque invitar al FMI y al BCN a una de las ciudades que peor puede recibirles?

Todo el mundo pudo ver imágenes televisiva de lo que ocurrió en las anteriores ciudades que albergaron las reuniones y las protestas. Todos sabemos de los centenares de detenciones que se produjeron en esos días. Pero poco se ha sabido después sobre como ha quedado el tejido social de resistencia local en esas ciudades, si los militantes nacionales implicados han recibido represalias posteriores, si los locales y las entidades vinculadas pueden proseguir sus actividades, cuanto tiempo ha durado la prisión preventiva o que tipo de condenas se han aplicado en aquellos casos en que ya se hayan visto las causas judicialmente... Y al contrario, ¿esos actos ayudaron a consolidar los grupos de resistentes del interior? ¿Mantuvieron abiertos los canales y medios de coordinación? ¿Han conseguido algún cambio en la actitud social?... ¿Cuál será el resultado posterior de las jornadas de junio? Sabemos, que se nos está intentando presentar como violentos pre-terroristas. Que no solo se nos acosa individualmente, mediante montajes policiales, sino, además, colectivamente, con constantes agresiones a nuestra cultura, nuestros métodos o nuestras preferencias.

Si acordamos que no es casual la designación de BCN como sede para estas reuniones, y si acordamos que ha sido una designación premeditada, hemos de considerar esto como una provocación. Y nos preguntamos si será conveniente caer en estas provocaciones.

Lo principal, porque respondiendo regularmente a este tipo de reuniones planeadas por el capital y los estados, nos llevan a perder nuestro tiempo, no solo en el sentido figurado de aplicar esfuerzos inútiles en cosas sin sentido, si no también en sentido real, ya que nuestra agenda colectiva de trabajo se planea según el horario y el calendario de las dichosas reuniones, poniendo plazos temporales a todas nuestras iniciativas, ya que la reacción primera y primaria es que cuando se convoca uno de estos encuentros, todo el mundo deja más o menos de lado sus actividades y proyectos para volcarse en apoyar, cada cual según su estilo, a la denuncia de estas instituciones.

El poder financiero y el poder político escogen el lugar y el momento de la cita, como en un duelo. Y nos sentimos obligados a asistir a ella, como si fuera una cuestión de honor y resistirse a ello fuera una cobardía.

Es, por lo tanto, una respuesta refleja a los gestos del Poder. No una decisión autónoma y soberana. Ni una iniciativa libre. Hay unas jornadas internacionales antiglobalización, porque hay una reunión del FMI. Sin reunión, no habrían habido jornadas. ¿O sí?

Deciden el juego, el lugar y el momento de la partida. Si aceptamos el turno, aceptamos su juego. Y deberíamos saber con creces, que no podemos jugar sus juegos y que la historia demuestra que siempre que eso ha ocurrido, hemos salido perdiendo. El Poder sólo propone juegos que puede ganar y que tiene ganados de antemano. Por eso sólo pierde en aquellos juegos que se juegan donde el Poder no se espera. Si sabemos esto, ¿Porque seguimos jugando sus juegos?

Hechos como los que hemos puesto de ejemplo al principio del comentario, demuestran una clara victoria táctica de los grupos resistentes sobre las fuerzas del orden establecido. Pero un gravísimo defecto estratégico. Y es el siguiente: que no tienen más objetivo que sí mismas. No forman parte de ningún proyecto más amplio, no responden al desarrollo social de un proceso colectivo. Los esfuerzos que este evento conlleva, acaban en junio. No es un trabajo con objetivos posteriores. ¿Que quedará después de junio? ¿Cuales serán las líneas de trabajo a seguir en julio? ¿Cuales son los planes conjuntos para el 2002? ¿A que nos dedicaremos después?

Esa complicidad involuntaria con el Poder que demostramos siguiéndole el juego, nos lleva a otra cuestión. Y es el de la violencia. Las iniciativas de los grupos de resistencia, han abarcado una mayoría de métodos explícitamente no-violentos y pacíficos, las cuales han reunido miles de personas en todo el mundo. Con todo, también se han producido reacciones violentas, duros enfrentamientos entre resistentes y fuerzas del orden público. Los gobiernos, silencian con las imágenes de esa violencia los sólidos argumentos de nuestro discurso en contra del neoliberalismo. Así, nos convertimos, sin pretenderlo en generadores del ruido que impide hacer llegar nuestras palabras. De que se hablará después de BCN-2001, ¿de las consecuencias de los acuerdos alcanzados en la cumbre o del número de detenidos? ¿Leeremos en la prensa nuestras propuestas alternativas o la descalificación de los políticos institucionales hacia nuestro movimiento? ¿Se nos reconocerá como una alternativa viable socialmente o como una internacional anti-sistema generadora de caos y violencia?

Aceptamos el juego del poder. Aceptamos su calendario. Su horario. La fecha y el sitio propuesto para el encuentro. Y aceptamos las reglas del poder, aceptando incluso los métodos de lucha y las formas externas. Sabemos que la izquierda oficial va a utilizarnos como chivo expiatorio de todo lo que sea "políticamente incorrecto" durante las jornadas. Que las instituciones y las administraciones públicas van a hacernos responsables de cualquier desorden que pudiera producirse. Que los medios informativos van a buscarnos únicamente para explotar imágenes sensacionalistas. Que el gobierno sólo espera el momento más ventajoso para cargar contra los movimientos de resistencia. Y que las fuerzas del orden, sólo esperan eso, una orden, para cerrar su trampa sobre nuestros grupos, nuestras estructuras, nuestros medios y nuestros recursos.

De todo eso tenemos sobrada constancia (¿o no?). Y, sin embargo, una vez más, y no es la primera, nos proponemos, con un entusiasmo digno de mejor causa, a prepararles una coartada perfecta a los partidos políticos y a los sindicatos oficiales, una excusa perfecta a los organismos institucionales, el argumento justo al gobierno y los motivos precisos a las fuerzas represoras. Y, en serio, ¿quien cree que dejarán de aprovecharse de ello si pueden hacerlo?

Habrá quien diga que esta intervención es obstruccionista o que intenta frenar la movilización. Queremos dejar claro que esa no es la intención de esta participación. Al contrario, lo que pretendemos es hacer luz y despejar maleza para que las próximas movilizaciones y quienes en ellas participen puedan hacerlo con criterios más amplios de análisis y reflexión.

Simplemente, mientras seguíamos la convocatoria BCN-2001 y discutiendo sobre ella, nos han surgido algunas preguntas. Con este texto, queremos dejar caer aquí esas preguntas para convertirlas en colectivas, y para que cada cual le busque las respuestas que sepa. Aquí no están las respuestas para nadie... Pero nos gustaría que al menos colectivamente le diéramos vuelta a esas preguntas.